Salud mental: visibilidad sí, pero también igualdad
10.7.25Salud mental: visibilidad sí, pero también igualdad
En los últimos días he visto dos intervenciones en televisión que me han tocado especialmente. Tanto Riki Rubio como Álvaro Morata, dos deportistas de élite, han hablado abiertamente sobre sus episodios de ansiedad y depresión. Me parece un gesto valiente y necesario. Que figuras públicas normalicen estas conversaciones ayuda a romper estigmas, a que más personas se reconozcan en sus síntomas y a que dejen de sentir vergüenza por pedir ayuda.
Pero hay algo que no puedo dejar de pensar.
Cuando alguien con visibilidad y recursos atraviesa un episodio de salud mental, tiene la posibilidad de acceder a profesionales de forma inmediata. Terapia, consultas privadas, acompañamiento constante. Lo que debería ser la norma, en realidad es un privilegio.
Porque cuando la salud mental se complica y no tienes recursos, el camino es muy distinto. En demasiados casos, lo único que queda es confiar en la empatía de un médico de cabecera —con suerte— que entienda que lo que te ocurre no se arregla con un "intenta distraerte". Porque la derivación al psicólogo o al psiquiatra del sistema público puede tardar meses. Y mientras tanto, el sufrimiento sigue. Silencioso, a solas, sin red.
Por eso sí, hablemos de salud mental. Todo lo que se visibilice suma. Pero no olvidemos que la visibilidad sin igualdad se queda corta. La salud mental no puede seguir siendo un lujo. Debería ser un derecho, con una atención pública real, digna y accesible.
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